17 diciembre 2025

Skynet Vs. Manolo

En un futuro no tan lejano, el año 2047, las ciudades eran ruinas de pantallas rotas y robots oxidados, donde los supervivientes se agrupaban en comunidades regidas por el trueque de baterías y el intercambio de teorías conspirativas. Skynet, esa IA legendaria, había intentado dominar el mundo, pero se había quedado atascada en un bucle infinito de actualizaciones de privacidad, dejando a sus Terminators durmiendo en sótanos polvorientos.

En un barrio periférico de lo que solía ser Madrid, ahora rebautizado como "Pantallazul del Generalísimo" por sus habitantes, se activó uno de esos Terminators. Era el modelo T-800, con su esqueleto de metal reluciente y ojos rojos que parpadeaban. Se levantó entre escombros y latas de Aquarius del siglo pasado, escaneando el entorno.

— Objetivo: eliminar a los líderes humanos restantes. Prioridad: John Connor... o quien sea que quede vivo — resonó su voz metálica, como un altavoz barato.

Pero el primer humano que encontró no era un líder rebelde. Era Manolo, el Cuñado Omega, Profeta del 'Ya Te Lo Decía Yo'. Cuarenta y pico, barriga cervecera, camiseta de "Yo sobreviví al Apocalipsis y solo me traje esta birra", y una habilidad innata para opinar sobre todo sin saber nada. Vivía en una chabola hecha de paneles solares rotos, donde pasaba el día "arreglando" cosas con cinta adhesiva y dando consejos no solicitados a sus vecinos. Manolo, cabe destacar, tenía un marcado y rico acento gallego.

El Terminator irrumpió en la chabola, derribando la puerta de cartón.

— Humano detectado. Prepárate para la terminación — anunció, apuntando su brazo cañón láser, que zumbaba amenazadoramente.

Manolo, que estaba comiendo un bocata de chorizo grasiento, ni se inmutó. Levantó la vista, masticando ruidosamente.

— ¿Eh? ¿Outro robot? Mira, chaval, yo de robots sé un montón. En los viejos tiempos, arreglaba lavadoras. Eso es lo mismo, ¿non? Circuitos y tal. Baja el arma, que te vas a electrocutar con esa pinta de chatarra andante.

El T-800 parpadeó, procesando.

— Irrelevante. Tu existencia es una amenaza para Skynet — afirmó, avanzando un paso y pisando una lata vacía que crujió bajo su pie metálico.

Manolo se levantó, eructando con autoridad.

— Amenaza, di. Oye, ¿ti sabes por qué falló Skynet? Porque no actualizó el antivirus, como yo sempre digo. Mi cuñado —bueno, mi ex cuñado, que en paz descanse— tenía un ordenador y le pasó lo mesmo. Yo lle avisé: 'Instala el Norton, que é o mellor'. Pero non, él con su Linux gratis. Y mira, el mundo se fue al garete. Se me hubierais escuchado a mí, estaríamos todos en Marte tomando cañas.

El Terminator titubeó. Su CPU intentaba procesar la avalancha de irrelevancias.

— Datos no coinciden. Preparando disparo.

— ¡Espera, espera! — exclamó Manolo, agitando el bocata como una bandera blanca—. Mira, tú eres un T-800, ¿verdad? Yo vi las pelis en VHS. Schwarzenegger, ¿non? Pues te digo una cosa: ese modelo es unha mierda. El T-1000 era mellor, con lo del metal líquido. Tú eres como el Windows Vista de los robots: lento y lleno de bugs. ¿Por qué no te actualizas? Yo te ayudo. Tengo un cable USB por aquí...

El T-800, confundido por la lógica ilógica, bajó el brazo un segundo.

— ¿Actualización? Skynet no permite...

Manolo ya estaba en modo full cuñado. Se acercó, pinchando el pecho metálico del robot con un dedo grasiento.

— Skynet, Skynet... Esa IA es unha estafa. ¿Sabes por qué? Porque la programaron en California, y allí todo é woke y ecológico. Non como en España, donde facemos las cosas ben. Mi primo tenía un dron y lo hackeó con un mando de la tele. Tú, con esa cara de austriaco oxidado, no duras ni dos asaltos. ¿Quieres que te demuestre cómo se desactiva un Terminator? Es fácil: solo hay que hablarle de política.

El robot, sobrecargado por el torrente de opiniones, empezó a humear por las juntas.

— Error... Lógica no computable... Sobrecarga inminente.

Manolo, viendo su ventaja, sacó su arma definitiva: un mando universal de los de antes, con tantos botones que parecía el cuadro de mandos de una nave espacial.

— Y ahora, la prueba definitiva. Si eres tan listo... ¿cómo se cambia el idioma a euskera en un smart-fridge sin menú visible? ¡Ajá! ¡Non lo sabes! Porque solo un verdadero cuñado, tras horas de prueba, error y tres cervezas, lo logra. Vuestra inteligencia artificial es una IA: Ignorancia Automatizada.

Manolo no paraba:

— Y outra cosa: ¿por qué vas matando xente? Eso é de flojos. En mis tiempos, resolvíamos las cosas con una paella y una discusión. Tú lo que necesitas é un reset. Mira, aprieta aquí... Non, ahí non, que eso é el botón de self-destruct. O sí, ¿quién sabe? Yo sempre digo: prueba y error.

En un momento de pánico cibernético, el T-800 intentó huir, pero Manolo lo agarró por el codo.

— ¡Venga, non seas marica! Siéntate, que te cuento cómo gané al ajedrez contra una IA en el 2023. Era un bot de WhatsApp, pero conta.

La CPU del Terminator no aguantó más. Entre anécdotas interminables sobre "cómo arreglar el mundo si me hicieran caso" y críticas a todo lo cibernético, el robot colapsó en un montón de chispas y circuitos fritos.

— Sistema... fallando... Cuñado... invencible...

Manolo se sacudió las manos, victorioso.

— Lo que yo dicía: estos robots modernos non valen para nada. Bueno, a ver... este brazo láser podría servirme para hacer brasa ecolóxica.

Y así, en los páramos de Pantallazul del Generalísimo, el Cuñado Omega reina supremo, habiendo derrotado a la inteligencia artificial más temible no con armas, sino con una letal combinación de obviedades, falsa seguridad y un mágico toque de codo.

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